14/7/13

Siete mares



Cuando suelto lo amarres
la conciencia me es abstracta;
me remonto por los valles,
sobrevuelo siete mares.
Y me envuelvo en sensación,  
suavemente librando,
las batallas neuronales,
las hormonas siderales.  

Pasé corriendo entre tu pelo,
sin cordura  lleva el viento;
pasadizos y escaleras,
el submundo yace hambriento;     
cuando me acuerdo de aquel cuento
que narraba el pensamiento
de los brujos ancestrales,
las candelas de un dios muerto.

Comencé a comprobar
cómo se hacen los sueños,
transpirando un manantial
de energías a tres tiempos.
Fui corriendo hasta el lugar
donde todo se hace cierto,
anidándome a tu par,
diez caricias y algún beso.

Pasé corriendo en tu momento,
me la creí cual pordiosero.
Rogar que vengas era mucho,
la dignidad es lo que pierdo
por verme bien entre tu cuerpo,
por recordar tus palabritas,
por creerme que en la tierra
puedo construir un cielo,
sin constatar un mundo nuevo.
Suelo creerme en absoluto
cantar canciones que algún día
pueden inspirar aliento.
Aliento a pan con miel de abeja
o a las tortillas con buen queso;
poder pasearme por tu pecho,
por dentro y fuera ya me siento.

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