Púchica jueves 09 06 05
Malas noticias
La magnitud que cobra en Guatemala el hecho de poseer un sistema centralizado, hace que los instrumentos que se tienen para fortalecer la democracia sean, en algunas perspectivas, disfuncionales.
Ese es el caso de los medios masivos de comunicación, como los diarios, cuyos centros de operación así como la mayor parte de su recurso humano, están en la ciudad Capital. Esto genera ignorancia editorial ante la realidad nacional, prueba de ello es la falta de cobertura en los departamentos, por un lado, y por otro, el continuo uso de expresiones como “en el interior del país” o cosas de la “ciudad” en sus redacciones.
“El interior de la República” es una frase que se usa, en vez de referir a todo lo que se encuentra dentro de las fronteras territoriales del país, para hablar de lo que sucede fuera de la ciudad Capital, como si lo que está en ella se encontrara en el exterior. Por otro lado, es muy recurrente en una mayoría de redactores, hablar de la ciudad sin especificar en cuál de ellas se produce la noticia, asumiendo que el lector dará por hecho que se trata de la Capital. En Guatemala existen más de veinticinco ciudades que, aunque no todas son cosmopolitas, poseen el título que las oficializa (después de las Villas siguen las ciudades, que se definen por poseer todos los servicios básicos, además de sistemas viales de ordenamiento espacial, industrias y la infraestructura necesaria para poder funcionar por sí solas).
El problema se vuelve grave cuando esta forma en el periodismo se convierte en costumbre, o peor aún, cuando esta costumbre se convierte en una escuela que educa también a los periodistas que radican y trabajan en cualquier lugar fuera de la ciudad Capital.
El principal padecimiento provocado por las prácticas centralizadas es la baja autoestima colectiva en las ciudades que no son la Capital, pues el mensaje final, subjetivo claro está, es que aldea es igual a subdesarrollo, y que fuera de la ciudad de Guatemala todo es aldea, y aunque aldea no es malo, es mejor si una ciudad se atiende como tal, y no como a una población de menor rango. A un niño de diez años, mejor si no se le trata como si tiene seis…
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