Propiedad intelectual
Desde que el supuesto TLC con EEUU se introdujo en nuestras vidas como un tema cotidiano, también se empezó a abordar el tema de la propiedad intelectual y la piratería.
A la piratería se le puede ver, al menos, de dos formas. Por un lado, ha vuelto más accesible la música y las películas. Un DVD en la calle vale menos que una entrada al cine y un CD vale hasta diez veces menos que un original.
Desde esa misma perspectiva podemos ver el tamaño del negocio y lo que económicamente significa: cientos, si no miles de empleos que se traducen en apoyo económico en el hogar, y pisto, plata circulando en el medio, plata que contribuye a que la cosa funcione. Si el pisto desapareciera un día, el sistema colapsaría inmediatamente.
Otra forma de ver la piratería es la delincuencia. En definitiva, ¿a quién le gustaría que su trabajo sea robado para lucrar? Si por ejemplo alguien editara un libro con mis columnas sin decirme nada y además lo vendiera sin pagarme un centavo, sería para meterlo al bote. Pero para eso tendría que registrar la autoría de mis escritos, y tendría que existir una ley práctica que me apoye.
Es una lata que los discos originales sean tan caros, pero hay que tomar en cuenta que así de caros son sus derechos de autor, y el autor tiene todo el derecho de cobrarlos. Entonces ¿Es buena o no la piratería? No.
La piratería limita la producción local. Igual con la música que con la medicina. Si tan caro es un derecho de autor, o una propiedad intelectual, es por todo el proceso que hay detrás. Y si, por ejemplo, a la industria farmacéutica nacional se le imposibilita adquirir cierto derecho por su costo, lo que se debe estimular es la propia investigación, el desarrollo de los propios productos, que a su vez también son productos de exportación.
A las radios centroamericanas, por seguir con los ejemplos, les resultaría más barato pagar los derechos de transmisión de música hecha en el istmo que los de Britney Spears, con la ganancia agregada de que el arte centroamericano tiene más cosas que decir que las rubias gringas, que no contribuyen en lo más mínimo con nuestra deteriorada identidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario