17/5/13

Oración




Te atardeceré despacio,
sólo cuando el tiempo dicte
que he debido acompañar tu suerte
y ante todo no rendirme.

Y te agarraré la mano
con todas sus cicatrices,
con sus cayos bien labrados
y tus uñas aprendices.

Cuando cuentes del dolor pasado
escucharé sin reírme
aún sabiendo que estaba cantado
toparte con mis narices.

Cuando te escuché leyendo
a uno de mis chirices,
fue como canción de vida
escuchar tus palabritas.

Yo te pido que confíes.
Nunca te alzaré la mano, eso sí,
yo secuestraré tu aliento
para que tengas que acercarte.

Y te rodearán mis brazos
y recorreré tu cuerpo;
me lo tomaré con calma
para prescindir del tiempo.

Buscaré que se repita
la lunada en el desierto
para comprender cada granito
que nos regala el universo.

No hay comentarios.:

Archivo